- ¿Qué podemos esperar de la visita de la comitiva estadounidense encabezada por Blinken a México en los siguientes días?
Está por terminarse este 2023, un año con un aumento en el cierre de fronteras entre países y en el levantamiento de muros, vallas y demás dispositivos de seguridad fronteriza, incluyendo la militarización de las mismas, acompañado también de mayor movilización de las personas en tránsito por diferentes regiones, quienes intentan huir de sus lugares de origen dada la falta de opciones para sobrevivir que les ofrecen sus gobiernos o la ausencia de ellos, como en el caso de Haití.
Este escenario no nos es ajeno en México, especialmente desde las primeras caravanas migrantes (2018-2019) previas a la pandemia. De hecho, quienes nos dedicamos a analizar la política fronteriza sabemos que el tránsito del 2023 al 2024 es crucial para el orden mundial contemporáneo puesto que habrá elecciones en Estados Unidos, en México y en otros 74 países.
La visita de la comitiva estadounidense encabezada por Blinken a México en los siguientes días es una muestra de ello. Ambos presidentes están preocupados por la continuidad y México tienen más margen de acción para negociar que Estados Unidos —lo ha tenido todo el sexenio, pero AMLO no ha querido aprovecharlo.
López Obrador va a continuar con la política del austericidio con respecto a ciertas dependencias, especialmente con el Instituto Nacional de Migración, por ello no va a destinar gasto público para cerrar las fronteras ni para impulsar ninguna política migratoria a seis meses de las elecciones en el país. Por su parte, Biden necesita demostrar que está haciendo algo para que las personas migrantes no crucen la frontera y con ello tener el apoyo de los republicanos para seguir con sus guerras. Misión imposible dado que la frontera entre ambos países es la más porosa en todo el mundo.
Debemos considerar que la función de las fronteras ha dejado de ser la de la Guerra Fría; es decir, la de evitar, negar, impedir el paso porque la gente va a intentar llegar a sus lugares de destino sin importarles perder la vida en el camino. En realidad toda esta maquinaria capitalista solo sirve para alimentar la industria de la seguridad fronteriza, pero no evita la movilidad humana.
Mientras que no se atienda una política fronteriza real, independientemente de la política migratoria, seguiremos observando en los siguiente meses estas llamadas urgentes entre Biden y AMLO que sólo aluden a su desesperación y sobre todo a su gran incapacidad para resolver un fenómeno que no es propio de ninguno de estos dos países, sino de todo el continente.
Ni Biden ni AMLO han querido consolidar un proyecto hacia el sur del continente, mientras no lo hagan sus predecesores seguiremos dando cuenta de las fallidas políticas migratorias y sus consecuencias se agravarán para las personas migrantes, especialmente si llega nuevamente Trump a la presidencia del país vecino.