Guillermina Lincoln*
Ahora que es un imperativo no salir de casa, descubrimos la necesidad de un sitio donde sentirnos protegidos. Sin embargo, para miles de personas esta necesidad es más grande: salir de su país. Según cifras de Naciones Unidas 272 millones de personas viven fuera de sus países de origen.[1]
Ya sea que los conozcamos como migrantes, refugiados o desplazados. Si nos preguntamos ¿por qué dejan sus países de origen? ¿Qué los hace salir? Nos topamos con la respuesta más sencilla: buscar mejores condiciones de vida. Pero nada es tan sencillo en la vida, y ahora, pretendemos aclarar nuestra visión romántica de la salida y reconocer más causas de la migración.
Así, para evitar la victimización de los migrantes, primero, es necesario pensarlos como sujetos de derechos. Es más, son un motor del crecimiento al aportar millones de dólares en remesas a las economías de sus países de origen. Un poco, en favor, de la tan esperada redistribución de la riqueza.[2]
Sin embargo, en esta ocasión, no revisaremos datos, sino que dejaremos que las letras de las poetas, Warsan Sire y Elvira Sastre, nos expliquen los motivos de las personas en movimiento. En una invitación a leer de otras fronteras y casas, tal vez, como la nuestra, la que no podemos dejar hoy, pero, y si ¿algún día tuviéramos que hacerlo?
Primero, en Home de Warsan Sire,[3] la pregunta es: ¿Realmente somos libres de decidir dejar nuestro país? es decir, hay diferencia entre huir de casa o dejarla. Hay libertad en el migrante económico que sale con un “plan” y el que huye, forzadamente, para sobrevivir con la esperanza de que una vida mejor vendrá.
Nadie deja su hogar a no ser
que su hogar sea la boca de un tiburón.
Solo corres hacia la frontera
cuando ves toda la ciudad
corriendo también
tus vecinos corren más rápido
que tú, el chico con el que fuiste al colegio
que te besó hasta el vértigo
detrás de la vieja fábrica
sostiene una pistola más grande que su cuerpo,
(…)
Home de Warsan Sire
De manera que, quienes huyen buscan la protección del Estado que los acoge. Sin embargo, es necesario probar tus motivos a partir de lo establecido en la Convención de Ginebra para los Refugiados,[4] que señala a los refugiados como quienes: debido a fundados temores de ser perseguido por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él.
Raza, religión, nacionalidad… quienes no quieren regresar, también, huyen de la indignidad de la vida diaria y la violencia constante en nuestras sociedades.
Las miradas sucias en la calle
son más suaves que un miembro arrancado,
la indignidad de la vida diaria
es más tierna que catorce hombres que
se parecen a tu padre, entre
tus piernas, los insultos son más fáciles de tragar
que las ruinas, que el cuerpo de tu hijo en pedazos…
Por ahora olvida el orgullo
tu supervivencia es más importante.
Home de Warsan Sire
Y claro está, para acceder a la protección internacional son necesarias pruebas e incluso estrategias para la solicitud de asilo:
(…) llegar al lavabo del aeropuerto para romper tu pasaporte y tragártelo
con cada bocado de papel dejando claro
que no volverías.
Home de Warsan Sire
Ahora bien, después de lograr llegar a algún sitio seguro y conseguir el asilo, ¿qué sigue? ¿y lo que se quedó en casa? Tal vez no pudimos traer todo. En medio de la huida por un temor fundado se quedan cosas atrás. Bravo Zeus de Elivra Sastre[5] nos recuerda que se quedan, incluso, los perros:
Ayham le escucha desde Europa, un lugar que le acoge con una mano mientras le señala con la otra.
Huye de una Siria atrapada entre dos fusiles sin bandera blanca que la cubra, un lugar que le obliga a armarse para defender quién sabe qué, para morir por quién sabe qué.
Ayham no quiere morir por una causa, prefiere hacerlo con un motivo, así que decide correr, correr, correr. (…)
Ayham llega a Europa a tiempo de abrazar su vida, de calmar la ansiedad sin dejar ya nunca el miedo, pero cuando abre la puerta de la casa asignada no hay perro que lo abrace, que lo proteja, no hay Zeus que convierta esa casa en hogar.
Bravo Zeus de Elivra Sastre
Al final, seguimos asustados, tenemos miedo y hay que probarlo para sobrevivir. Para Sastre son sinónimos:
Huida, acogida, rechazo, seguridad, repudio: son sinónimos para un refugiado.
Bravo Zeus de Elivra Sastre
Y ¿para nosotros? ¿Qué sinónimos encontramos? Saldremos de casa.
* Nacida el 28 de enero de 1987 en la Ciudad de México. De formación abogada con una maestría en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, realizó una pasantía en el Instituto de Justicia y Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Lanús, Argentina, dentro del Programa de Migración y Asilo. Se ha dedicado a la docencia en el Centro Universitario Internacional; a la investigación como asistente en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, IIJ-UNAM, y fue abogada de asilo en Sin Fronteras IAP. Colaboró en la publicación del estudio: Niñez y migración en Centro y Norteamérica (2015); cuenta con varias conferencias relativas a los movimientos migratorios en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, (2016), el Colegio de la Frontera Norte, (2017) y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM dentro del Coloquio de Letras Modernas (2018); ha publicado artículos relativos al fenómeno migratorio en Sin embargo (2017), y Animal Político (2018) y recientemente, en el ámbito literario, los poemas: Asilo y refugio, en la revista Critica Jurídica (2019) y Deseaba escribirte en Fuimos Peces (2019).
[1]Cfr. Datos de United Nations Department of Economic and Social Affairs, Population Division, International Migrant Stock 2019, disponibles en: https://www.un.org/en/development/desa/population/migration/data/estimates2/estimates19.asp
[2] Remesas a México sorprenden con récord en marzo pese a coronavirus, Forbes, Forbes staff. 4 de mayo 2020, disponible en: https://www.forbes.com.mx/economia-remesas-mexico-marzo-record-pese-coronavirus/
Los capitales recibidos durante el tercer mes del año sumaron 4,016.12 millones de dólares, un 35.8% más que en marzo de 2019, de acuerdo con un reporte mensual divulgado por el Banco de México, (Banxico).
[3] Warsan, Sire, Home, El País, Verne, Un poema para los que se preguntan quién pone a sus hijos en una patera 11 de junio de 2018, disponible en: https://verne.elpais.com/verne/2018/06/11/articulo/1528707601_507178.html
[4]Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 artículo 1, A, 2).
[5] Elvira Sastre, Bravo Zeus, 3 de diciembre de 2018, publicado en el blog Relocos y recuerdos, disponible en: http://bleuparapluie.blogspot.com/2018/12/bravo-zeus.html