Poco que festejar pero mucho por hacer. La movilidad humana no es un delito, dejemos de criminalizar a los y las migrantes que cruzan los países en busca de mejores oportunidades de desarrollo.
Pensemos como comunidad en la manera de establecer modelos de sociedad transnacionales y transfronterizos que incorporen políticas públicas influyentes.
Un día al año no resuelve los problemas de fondo de la migración pero le da visibilidad a las miles de personas que transitan diariamente por distintas fronteras. Fronteras que se han militarizado en muchos casos debido al recrudecimiento de las leyes antiinmigrantes como parte de políticas públicas punitivas.
Migrar es un derecho, no tener papeles para hacerlo es una condición jurídica que no exime a los gobiernos de hacer valer dicho derecho.